domingo, 10 de agosto de 2014

El retorno de la inversión social en las "repúblicas bananeras"

TIR son las siglas de la Tasa Interna de Retorno, cuando hablamos de los rendimientos futuros que esperamos de una inversión.

Aplicando una lógica similar podríamos hablar de las siglas que acabo de inventar, TIRS:  Tasa Interna de Retorno Social.

Una nueva idea que ha tenido el gobierno de Dilma Rousseff, en Brasil: trata de que todos aquellos ciudadanos que reciben una ayuda social, sean contratados por empresas estatales para, de alguna manera, intentar que la ayuda social se convierta en una inversión para volverlos a integrar al mundo laboral.

Ésta idea fue una de las iniciativas que tomó muy en cuenta el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su visita a Brasil en julio pasado, que lo comenta en su enlace ciudadano del 02.08.2014:




* Recomendamos ver los minutos:  00:48:20 y 00:55:20, donde se explica cómo funciona ese programa


Otra de las grandes iniciativas a tomar en cuenta es el estricto control que tiene el gobierno Brasileño en cuanto a la cobertura de las ayudas que brinda, a través de una única base de datos donde, por ejemplo, están registrados todos los miembros de una misma familia, evitando así que se dupliquen las ayudas.

El programa "Bolsa Familia"

Y todo esto, muy a pesar de los partidos tradicionales españoles que critican a estos países como opresores, sin democracia y en la completa miseria.

El nuevo partido de izquierdas, Podemos, que ha irrumpido en España de forma dramática para el bipartidismo, comulga con algunas de las acciones de gobiernos latinoamericanos como Ecuador.  Criticado hasta la saciedad por ello, por el bipartidismo con toda su estructura mediática.

Pero... realmente se ha analizado el fondo de Podemos, ¿por qué criticar tanto el apoyo de esta organización a acciones concretas, reales y actuales de estos países para luchar contra la desigualdad?.

El gran problema del bipartidismo es el miedo que tienen a estos cambios.  Hablan con gran desprecio cuando se refieren a países como Ecuador, "aquellas repúblicas bananeras", dicen.

El miedo que tienen al cambio es evidente.  No pueden perder, bajo ningún concepto, las cuotas de poder que tienen.  El temor más grande del bipartidismo en España es eso: perder su poder, pero lo que no se dan cuenta es que son ellos solos los que lo perdieron, porque practicaron algo que lo llevan en su ADN político: en la época de las "vacas gordas" ocurrieron muchas cosas, con la connivencia de ellos, nadie decía nada. Dejar pasar las cosas: "ya pasará", "ya se solucionará", "no pasa nada", etc.  Así, de esta forma, se cometieron varios abusos y fabulosos desfalcos, por ejemplo, en las Cajas de Ahorros, donde los Consejos de Administración estaban gobernados por políticos, del gobierno y de la oposición, principalmente del bipartidismo.  Son precisamente ellos, los que ahora, se "rasgan las vestiduras por su pueblo", los que dejaron que ocurra la grave crisis bancaria en nuestro país.

Al final, ha sido el propio pueblo, el que ha tenido que pagar el rescate de la banca.  Precisamente aquellas "repúblicas bananeras", son las que están intentando cambiar esta situación, que allí también ha ocurrido.  Se está intentando cambiar el poder económico, a través de la política, con más aciertos que errores, que desde luego los hay, pero con la idea de que no sea el poder el que gobierne.  Es lo que el poder de este país quiere evitar a cualquier precio.

La independencia entre la política y el poder es muy difícil de concebir en estados como el nuestro, dominados por la banca internacional.  "Repúblicas bananeras" como Ecuador están dando un claro ejemplo de verdaderos cambios con la universalización de los servicios públicos, un tema prohibido para "la casta", como diría Pablo Iglesias, de Podemos.

Brasil es una clara muestra de ese cambio, con avances espectaculares como viene siendo la reinserción de los parados de larga duración con su programa único de ayuda social.  Es un paso más, van más adelante que los países desarrollados en este tema, precisamente, porque los países en desarrollo necesitan ir más adelante, mucho más, por los altos índices de pobreza y miseria que tienen.  Se hace evidente ese avance, ese paso más en su cambio de estructura cuando se ha pensado, con mucho acierto, algo que en España viene siendo necesario cada vez más: la reinversión de la asistencia social, es decir, no ayudar por ayudar, no entregar dinero al parado, simplemente para que sobreviva, sino con un objetivo, con un fin: su reinserción en el mundo laboral.

A nivel de administraciones locales, se dan tímidos pasos en este sentido, cuando utilizan parados que perciben las ayudas para ocuparlos, por ejemplo, en tareas de limpiezas de la ciudad. El gobierno también ha dado tímidos pasos con sus ayudas a las PYMES como, por ejemplo, la tarifa plana para nuevos emprendedores, una idea que nosotros ya la planteamos en el año 2012 en nuestro artículo "Propuesta para autónomos", que os recomiendo leáis y veáis la actualidad que tiene al día de hoy.  Esto demuestra lo lento que va el gobierno, lo lento que reacciona ante la demanda, ante la presión social.

Pero la idea de Ecuador quiere ir más allá:  los quiere emplear en el sector privado.

La idea aplicada en España, desde luego, sería magnífica: por un lado se realiza una labor se reinserción, fundamental para el parado.  El parado es una persona que está con su autoestima muy baja, psicológicamente, luego de años de estar sin trabajar, se encuentra muy mal, con su energía vital completamente negativa, siente que toda su vida va mal y que su país va peor.  Por otro lado está la PYME o el autónomo emprendedor, con su pequeño negocio, incapaz de contratar, porque las cargas sociales en España son muy fuertes, a pesar de que las últimas medidas del gobierno han tratado de aligerar este gran peso, sin que terminen de ser efectivas para la creación de empleo, a la vista del gran empleo precario que lo demuestran las últimas estadísticas.

Unir estos dos fenómenos latentes en España es una solución extraordinaria.  Habrá que estudiar la forma de hacerlo.  El hecho es que, ya que el parado está percibiendo una ayuda, ese dinero puede ser considerado como el "sueldo" que percibe por trabajar en aquel pequeño negocio que, hasta ese momento, no podía contratar.

Esto es como echar gasoil o inyectar energía a una máquina que está en perfectas condiciones, pero que no tiene dinero para funcionar, ni más ni menos.  Se tendrá que estudiar los mecanismos a nivel de Seguridad Social y Hacienda para que esto funcione y sea justo para las dos partes.  La idea a futuro sería de que el negocio, la PYME, el autónomo emprendedor, terminen por funcionar y crecer, sí crecer, que es la clave de todo este problema.  Cuando la empresa crece, llega el momento en que puede contratar, al principio con subvenciones y estímulos económicos, para que, finalmente, pueda ser un negocio rentable y sólido con una plantilla que empezó con parados de larga duración que terminarán conviertiéndose en empleados productivos.

Amigos del bipartidismo: no todo es malo en las "repúblicas bananeras", hay ejemplos y experiencias dignos de tomar muy en cuenta, porque vienen de países, como Ecuador, que luego de haber pasado décadas de corrupción y quiebra total de su sistema económico, han logrado sobrevivir, resurgir y avanzar.  Quienes mejores que ellos para saber lo que no se debe hacer en materias de política económica y protección social.  Ciertamente cometen errores, como todos, cuando se trata de cambiar un sistema hegemónico establecido y, sobre todo, cuando atentan contra el poder económico.  Hay que tomar lo bueno de estas experiencias y olvidarse de lo malo o, peor aún, inducir al electorado la idea de que, al aplicar determinadas políticas de allí, conllevarán la miseria o la falta de una sólida democracia que, lamentablemente, aún perviven en esos países.